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Meditaciones Teologantes
La sanación es un proceso

Por: Fr. Bruno Núñez,CSsR

La sanación corporal y espiritual tienen normalmente un proceso, así como este ciego de Betsaida. Parece que no nos gusta eso… estamos acostumbrados a que todo sea rápido, en la hora, o de lo contrario ya no pedimos más en la oración; “Dios no me escucha luego”… Y si recibimos un favor de Dios, “malagradecido presokuéicha” (como el que estaba preso y por el cual se luchó mucho para sacarlo y al fin no te saluda ni te agradece), seguimos tranquilos nuestra vida como si nada hubiese pasado, sin agradecer a Dios (y sin tratar de mejorar nuestra relación con Él).

Un famoso caso que suelo contar: Llueve torrencialmente. Todos en la casa se desesperan al escuchar los truenos. Hasta el más (ñembo) incrédulo “saca su rosario” y empieza a rezar. Termina la tormenta y ya todos se olvidaron de Dios. 

Jesús nos invita a perseverar en Él, en la oración para lograr nuestra sanación integral. Señor Jesús danos la gracia de perseverar en tu camino; que cuando esté todo bien, no me olvide de ti y que cuando necesite de tu sanación, en los momentos de angustia, ayúdame a confiar sobre todo en ti. Amén.