Por: Pbro. Hugo Fernández

En estos tiempos en los que las epidemias del dengue y el COVID-19 vienen asolando nuestro País y muchas partes del mundo, buscamos un consuelo divino que nos ayude a afrontar juntos esta situación. Es así que santos como san Roque de Montpellier, invocado contra las pestes, se nos hacen actuales, para pedir su celestial intercesión.

Ya a finales de 1600, tanto el Cabildo Civil y el Eclesiástico ya juraban a san Roque de Montpellier como Segundo Patrono del Paraguay, esto debido a la fama de interceder en los casos de pestes y epidemias, y en aquellos tiempos, reinaban tanto en Europa como en América terribles enfermedades infecciosas que mataban a cientos y miles de personas.

En 1722 se levantó una capilla en honor al Santo dentro de la Parroquia de San Blas (ANA. Vol. 99 SH.).

En 1874 el Cabildo determinó un Novenario y procesiones a los tres patronos del Paraguay “por cuanto la Provincia se halla contagiada de una grande peste...” así San Roque figura entre los otros patronos: la Virgen de la Asunción y Señor San Blas. (ANA Vol. 138 SH.)

En 1780 había en Asunción “muchas enfermedades” y el Cabildo civil nuevamente pidió misas cantadas en Novenario para implorar el auxilio divino en nombre de san Roque y los otros titulares. (ANA Vol. 146 SH.) y así, durante todo el tiempo de la colonia eran muy frecuentes los pedidos y rogativas a san Roque.

Tanta fue su popularidad que luego de la supresión de la Parroquia de San Blas en Asunción, el Obispo Casajús erigió como Parroquia la Iglesia de San Roque, reformada en 1853 y demolida para construir una más moderna en 1969.

Por otro lado, la mayoría de los pueblos franciscanos contaban en su trazado con una capilla dedicada a San Roque, de los cuales la única capilla original que queda en pie se encuentra en Caazapá.

Nunca fue abolido el título puesto a san Roque de Segundo Patrono; sin embargo, como fue olvidado por el pueblo y la Iglesia, en 2008 la santa Sede nombró solamente a la Virgen de la Asunción como Patrona Titular del Paragua y como segundo patrono a san Blas.

En este tiempo de epidemias y pestes, ¡Ruega por Nosotros San Roque!

Aquí hay una pequeña oración intercesora a san Roque:

Roque, peregrino laico en Europa,

infectado, encarcelado,

tú que sanaste los cuerpos

y llevaste hombres a Dios,

intercede por nosotros

y sálvanos de las miserias

del cuerpo y del alma.

(Imagen de portada: Talla de madera policromada de San Roque de la Capilla San Roque de Caazapá, robada en el 2011 y hasta ahora no devuelta. Colección de Javier Yubi. Pueblos Jesuíticos del Paraguay)